DENOMINACIÓN DE ORIGEN

La denominación de origen es un reconocimiento legal y de protección otorgado a un vino de calidad elaborado en un contexto concreto y con unos modos de producción y variedades de uvas determinados. Este reconocimiento, junto con las obligaciones asumidas por los bodegueros, se refleja en la contraetiqueta presente en el vino, garantizando al consumidor que el producto cumple con todos los requisitos establecidos por el Consejo Regulador correspondiente.

En el caso de Gran Canaria, la Denominación de Origen fue aprobada en 2006 como resultado de la fusión de dos denominaciones de origen protegidas existentes en ese momento en la isla: la D.O. del Monte Lentiscal y la D.O. Gran Canaria.

La D.O. del Monte Lentiscal fue creada en 1999 gracias al esfuerzo de un grupo de viticultores y bodegueros que, en 1994, fundaron la Asociación de Viticultores y Bodegueros del Monte Lentiscal. Su objetivo era revitalizar el cultivo de la vid en la zona, que había sido prácticamente abandonado, y posibilitar la producción de vinos en cantidades comerciales. Esta iniciativa contribuyó a preservar las prácticas vitivinícolas y las características distintivas de este paisaje, aplacando la galopante especulación y urbanización del suelo agrícola.

Paralelamente, en 1995 se constituyó la Asociación de Bodegueros y Viticultores de Gran Canaria, que agrupaba a bodegueros y agricultores del resto de la isla y perseguía objetivos similares. Fue autorizada como Denominación de Origen en el año 2000, con un ámbito de actuación que abarcaba toda la isla, excepto la zona del Monte Lentiscal.

A partir de 2004, con el objetivo de unificar la oferta y la calidad de los vinos, se inició el proceso de fusión de ambas Denominaciones de Origen. Este proceso culminó en 2006 con la aprobación de un reglamento común y la declaración como Denominación de Origen, que mantuvo el nombre “Gran Canaria” en referencia a su ámbito de actuación.

En reconocimiento a sus valores históricos, patrimonio etnográfico, tradición vitivinícola, calidad en la producción de uva y características particulares de sus vinos, la zona del Monte Lentiscal ha sido designada como una comarca vitivinícola especial. Los vinos elaborados con uvas cultivadas en esta comarca indican expresamente su procedencia en el etiquetado, demostrando así su distinción y singularidad.

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