“La experiencia turística está incompleta sin la debida atención a la cultura del destino y el paisaje cultural de Gran Canaria remite, indudablemente, a un cultivo que lleva con nosotros desde la primera etapa colonizadora. Viñas, bodegas, lagares,… hablan del vino no sólo como producto singular sino como elemento vertebrador de nuestra sociedad a nivel económico, gastronómico, paisajístico y, cómo no, identitario. La pujante industria del vino grancanario se regala al visitante para nutrir la memoria del viajero”