Las Rutas del Vino de España apuestan por la calidad, la digitalización y la sostenibilidad

Continuar apostando por la calidad, a través de la formación de los profesionales, e implementar la digitalización y la sostenibilidad. Son algunos de los retos de ACEVIN, que encara un futuro de expansión de su club de producto. Estas conclusiones se expusieron en la conferencia celebrada este jueves dentro del programa de actividades asociado a la 30.ª Asamblea General de ACEVIN. En este “Encuentro ACEVIN-Rutas del Vino de España”, se recorrió la historia de ACEVIN (Asociación Española de Ciudades del Vino) y todo el turismo asociado al vino.

En el incomparable marco de la Sala de la Luz de la Fundación de Arte y Pensamiento Martín Chirino, el acto consistió en una conversación dos voces competentes, Jesús Camacho Arias, director ejecutivo de ACEVIN, y Francisco Javier Iglesia Berzosa, experto en Desarrollo Rural y ex técnico de Promoción, Turismo e Innovación del Ayuntamiento de Aranda de Duero. Todo ello, conducido por Óscar Checa Algarra, jefe de comunicación de ACEVIN y periodista experto en viajes, enoturismo y gastronomía.

ACEVIN nació en 1994. Previamente se había desarrollado un trabajo de empleabilidad para la juventud en ciudades y pueblos del interior de la Península Ibérica. El escenario fue Sanlúcar de Barrameda, en una iniciativa conjunta entre varios ayuntamientos. Antes de ese año ya existían iniciativas de turismo de vino, pero sin la dimensión que hoy conocemos. Uno de ellos fue PATRIVIN, relacionado con el mundo del vino y el patrimonio.

El proyecto enoturístico que hoy conforma ACEVIN, cuenta desde un primer momento con un componente europeo, dado que se relaciona con fondos de desarrollo continental. De ahí nace RECEVIN, que agrupa a las ciudades europeas del vino. En 1997 tuvo lugar una reunión en Aranda de Duero donde se planteó el modelo europeo a elegir. Finalmente, el seleccionado es el modelo italiano, por contener elementos culturales asociados al mundo del vino.

En el trabajo de configuración de ACEVIN, a mitad de los 90, junto a la Secretaría de Estado de Turismo, se diseñó el manual de producto, que fijó una regulación para la actividad enoturística. Ahora mismo ese manual de producto es referencia en materia turística a nivel estatal y muchos otros subsectores tienen a las Rutas del Vino de España como ejemplo a imitar.

Entre 2004 y 2006 se crean las primeras Rutas del Vino de España, que fueron iniciadoras del club de producto. En 2007 se presentó por primera vez en FITUR (Feria Internacional de Turismo) de Madrid. Un hito reseñable fue la creación de los Premios de Enoturismo Rutas del Vino de España, cuya última edición se celebró en 2022, y que nacieron en 2010. Se entregan cada dos años, por lo que la primera edición fue en 2010. “Intentamos llevar a cabo acciones muy impactantes y entre ellas destacan los Premios de Enoturismo. Pasa algo similar con la Ciudad Europea del Vino o ahora la Ciudad Española del Vino”, consideró Francisco Javier Iglesia Berzosa en su intervención.

Ahora mismo el enoturismo español de las Rutas del Vino de España, coincidieron los intervinientes, goza de una popularidad y un reconocimiento en el panorama turístico nacional. Con la innovación siempre en mente, apuesta por la digitalización y la sostenibilidad, con acciones concretas como la reducción del papel publicitario. “Somos parte de algo muy original y muy importante”, subrayó Jesús Camacho Arias, a lo que apostilló Iglesia que “es necesario contar con profesionales cada vez mejor formados”. Para ello, resaltaron el papel canalizador de los técnicos de turismo.

En definitiva, si ACEVIN nació como una solución de desarrollo para ciudades y pueblos del interior de la Península Ibérica, hoy día se reivindica como una receta palpable al problema de la España Vaciada. Para ello, el acuerdo de la asamblea de crear el título de Ciudad Española del Vino va a suponer, en sí mismo, un trampolín de desarrollo.

En Gran Canaria, destino turístico consolidado, el producto enoturístico de reciente creación pretende servir como elemento para diversificación de la actividad turística, atrayendo a un público que deja mayor gasto en destino y que es más respetuoso con el entorno. Además, pone en valor al sector primario de la isla y a unos vinos con varietales únicos, elaborados en magníficos entornos naturales.

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